Una de las ciudades brasileñas más prósperas, organizadas y con buena calidad de vida. Esa es la Curitiba del Coritiba, referencia en soluciones en urbanismo, educación y medio ambiente. Construida hace 320 años, la capital paranaense, así como el club, tuvo como base de su formación moderna a los inmigrantes europeos, especialmente a los poloneses, ucranianos, alemanes e italianos. A lo largo del Siglo 20, esos pueblos marcaron a Curitiba. Sus modos de ser y de hacer se incorporaron de tal forma a la ciudad, que actualmente los festejos cívicos y religiosos de varias etnias, la danza, música, gastronomía, expresiones y la memoria de los antepasados son típicos de Curitiba.
Actualmente, la ciudad, con su clima templado, gran cantidad de parques y de vías expresas, es un centro industrial y de servicios. Uno de los más grandes de Brasil. La ciudad no ha medido esfuerzos para ofrecerles a sus profesionales y a los inversionistas externos e internos, las mejores condiciones para sus negocios. Curitiba recibe casi dos millones de turistas al año. La mayoría viene a la ciudad por negocios. En el sector de la economía, se destacan los polos automovilísticos y de software, tanto en la capital como en la región metropolitana.
El Coritiba lleva la propia historia del deporte en la ciudad. Cuando hay partido en su estadio, el Couto Pereira, la ciudad para. Los hinchas no se cansan de afirmar que las mayores glorias y las principales conquistas están eternizadas en líneas verdes y blancas. La centenaria sinergia entre Curitiba y el Coritiba no es apenas un factor nominal, es una relación de complicidad entre la ciudad y el club más grande del estado, que lleva a Curitiba al Norte y al Sur de Brasil y a buena parte del mundo.
Una de las ciudades brasileñas más prósperas, organizadas y con buena calidad de vida. Esa es la Curitiba del Coritiba, referencia en soluciones en urbanismo, educación y medio ambiente. Construida hace 320 años, la capital paranaense, así como el club, tuvo como base de su formación moderna a los inmigrantes europeos, especialmente a los poloneses, ucranianos, alemanes e italianos. A lo largo del Siglo 20, esos pueblos marcaron a Curitiba. Sus modos de ser y de hacer se incorporaron de tal forma a la ciudad, que actualmente los festejos cívicos y religiosos de varias etnias, la danza, música, gastronomía, expresiones y la memoria de los antepasados son típicos de Curitiba.
Actualmente, la ciudad, con su clima templado, gran cantidad de parques y de vías expresas, es un centro industrial y de servicios. Uno de los más grandes de Brasil. La ciudad no ha medido esfuerzos para ofrecerles a sus profesionales y a los inversionistas externos e internos, las mejores condiciones para sus negocios. Curitiba recibe casi dos millones de turistas al año. La mayoría viene a la ciudad por negocios. En el sector de la economía, se destacan los polos automovilísticos y de software, tanto en la capital como en la región metropolitana.
El Coritiba lleva la propia historia del deporte en la ciudad. Cuando hay partido en su estadio, el Couto Pereira, la ciudad para. Los hinchas no se cansan de afirmar que las mayores glorias y las principales conquistas están eternizadas en líneas verdes y blancas. La centenaria sinergia entre Curitiba y el Coritiba no es apenas un factor nominal, es una relación de complicidad entre la ciudad y el club más grande del estado, que lleva a Curitiba al Norte y al Sur de Brasil y a buena parte del mundo.